Las algas colonizan los restaurantes

Las algas han llegado a los platos. El chef Ángel León cocina con plancton y algas en el restaurante BistrEau, dentro del Hotel Mandarin Barcelona, ​​y lo utiliza en preparaciones como la mantequilla, el pan y sobre todo en el arroz, que adquiere un color verde intenso, casi fluorescente, cuando utiliza este ingrediente.

Platos algas

Algas

En cuanto a las algas como propuesta gastronómica, León dice que el kombu, el nori, la salicornia y la lechuga de mar son las mejores para empezar a familiarizarse con el sabor de las algas, y también porque son versátiles en la cocina. «Yo recomiendo acercarse a las algas comiendo de ellas sin pensar que se está comiendo algas, para que la textura y el sabor pueden causar rechazo», aconseja. Así que, para iniciarse, las primeras algas que probamos deberían ser poco sabrosas. Una propuesta es la ensalada mixta, con atún, pepino y un alga, como el nori, la lechuga de mar o el kombu, mezclado con la lechuga: «Se pueden comprar deshidratadas, y habrá que hidratarse con agua mineral durante veinte minutos, y así se saca la sal». De hecho, según continúa León, «hay que tener un paladar muy fino para saber distinguir entre un alga fresca y una de deshidratada, por lo que la segunda opción es muy recomendable».

 

 

Entre las algas de Menorca, destaca la salicornia

Algas comida

Algas

En Menorca, la salicornia es una de las algas más extendidas por la isla, y con más tradición a la hora de cocinarla. El cocinero David de Coca, del restaurante Sa Langosta de Fornells, siempre la utiliza con platos de pescados, porque la textura, crujiente, y el gusto, de mar, combina muy bien. Él mismo la recolecta en Fornells. «Ahora comer algas es un exotismo, pero en el Mediterráneo siempre se había hecho», explica Carina Gironella, directora general de Mimasa, una marca de alimentación que distribuye algas de Japón y de China. «Los mismos pescadores las comían y las usaban para cocinar arroces, por ejemplo», continúa. De ahí que en Menorca se conserve la tradición con tanta fuerza. En Cataluña, sin embargo, la bióloga marina y catedrática de ciencias del mar Anna Bozzano no recuerda haber visto comer nunca en la costa algas cosechadas del mar, ni tampoco se lo hayan contado.

Según Carina Gironella, las algas mediterráneas dejaron de comerse cuando la población cambió de dieta y apostó por la proteína de la carne, en vez de la de los peces. «También es cierto que el Mediterráneo es un mar bastante contaminado, porque es cerrado y no hay regeneración de las aguas, un factor que necesitan las algas para que sean buenas para comer», dice.

Yodo, el gran aliado para el buen funcionamientodel cerebro

Que el organismo tenga yodo va bien para el cerebro, que rendirá mucho mejor: «No es ninguna broma decir que el yodo mejora el rendimiento intelectual de las personas. Por ello, cuanto más cerca se vive del mar, mejor salud suele tener». Así que las algas, así como la sal yodada -siempre que no contenga fluor-, como la sal rosa del Himalaya o la sal Maldon, son importantes porque el organismo necesita yodo para el buen funcionamiento del cerebro y la tiroides. Y este nutriente tiene todavía otro beneficio: ayuda a no tener retención de líquidos.

Una analítica demuestra la cantidad de yodo que contiene el organismo. Si nos falta, «también hay otros síntomas que lo pueden demostrar, como afonías habituales, sangrado excesivo de las encías, tener los párpados y los ojos hinchados, insomnio o engordar rápidamente».

Así que tanto el plancton como las algas son nutricionalmente una mina por los beneficios del yodo, que van bien para la población en general, excepto para las personas con problemas de hipertensión.

Las algas poseen propiedades cosméticas

Muchos naturópatas utilizan las algas como balneoterapia, como un método de desintoxicación del organismo. Por otra parte, en algunos hoteles con spa uno de los servicios es cepillar el cuerpo con una exfoliación hecha con una mezcla de aceites de algas marinas y aromaterapia, que está pensado también especialmente para eliminar las células muertas de la piel y estimular el sistema circulatorio y linfático

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