La fruta de mamey es originaria de México y el Caribe, pero hoy en día se puede encontrar en muchas partes del mundo. El hueso de mamey es una de las formas más comunes de propagar esta planta, y es relativamente fácil de hacer. Sigue estos pasos para sembrar un hueso de mamey y verás que es una planta muy gratificante.
Como germinar un hueso de mamey
El hueso de mamey es una semilla que se encuentra en el fruto del árbol del mismo nombre. El árbol del mamey es un árbol frutal nativo de México, Cuba, Puerto Rico y el Caribe. El fruto del mamey es una baya de color rojo o marrón que contiene una semilla en el interior. El hueso de mamey se puede germinar para producir un nuevo árbol del mamey. Para germinar un hueso de mamey, primero debes limpiar la semilla de cualquier pulpa o residuo del fruto. Luego, coloca la semilla en un recipiente con agua tibia y deja que se remoje durante 24 horas. Después de 24 horas, trasplanta la semilla a una maceta llena de tierra para que comience a germinar.
Que hacer con la semilla de mamey
Las semillas del mamey contienen ácido cítrico, ácido tartárico y ácido málico, lo que las hace ácidas. Se usan como un condimento en muchas partes de México y América Latina. También se pueden hervir para hacer una infusión.
Semillas de mamey
Las semillas de mamey son las semillas de una fruta conocida popularmente como mamey. El mamey es una fruta grande y ovalada con una cáscara marrón oscuro y una pulpa dulce y carnosa de color rojo o marrón. La pulpa del mamey contiene una semilla grande y oscura que es la parte comestible de la fruta. Las semillas de mamey tienen un sabor dulce y un aroma a chocolate.
La planta de mamey es de sol o sombra
La planta de mamey es una planta de sol. Prefiere los climas cálidos y necesita mucha luz para prosperar. Si se cultiva en un área con menos luz, la planta seguirá creciendo, pero producirá frutos menos abundantes.
Después de que hayas plantado el hueso, riega la tierra alrededor de él para mantenerla húmeda. El hueso debe estar en un lugar donde reciba mucha luz solar. Mantén la tierra alrededor del hueso húmeda, pero no encharcada. El hueso debe germinar en unas cuatro a seis semanas.