Si hay una planta propia de los meses fríos del año, esa es el ciclamen. Pese a su reputación de ser bien difícil de cultivar, visto que aporte una atmósfera colorida al gris invierno hace de esta bulbosa una flor idónea para cualquier jardín.
Las hojas se quemaron
Fácil: nuestra planta estuvo expuesta a la luz del sol directa. No es un daño esencial, y recobrar un Cyclamen de estas peculiaridades es tan simple como trasladarlo a un espacio protegido de la luz directa.
Si lo advertimos en nuestra planta, pero no hay cambio de color en las hojas, la contestación es que está ardiente. Resolverlo supone localizar un espacio mucho más fresco, aun en sombra parcial.
Riego: Eludir el exceso
La violeta de los Alpes (asimismo famosa por su nombre científico: Cyclamen) precisa un riego profundo pero sin remojar de manera directa el bulbo y eludiendo que se genere un anegamiento de la tierra.
El riego debe hacerse saturando la tierra y después dejando que se escurra bien para eludir un exceso de humedad que finalice pudriendo el tubérculo.
¿Por qué razón mis ciclamen tienen las hojas arrugadas y mustias?
En el momento en que un ciclamen tiene las hojas arrugadas y mustias, quiere decir que está tolerando de exceso de calor y sequedad. Muévelo y riega con mucho más continuidad. Vea si la planta se está recobrando.
Si un ciclamen tiene las hojas amarillentas que se caen, tiende a ser por un calor elevado. Cerciórate de estar cerca de un radiador. Asimismo puede presenciar estos síntomas en el momento en que hay falta de luz. En un caso así, colócalo en un espacio donde reciba bastante luz.
Su nombre se refiere a los Alpes, una esencial cadena montañosa ubicada en Europa Central. Es una planta muy apreciada, por ejemplo peculiaridades, por sus vistosas flores. Están en distintas gamas de blancos, rosas, colorados, violetas e inclusive combinados. Las flores de la Violeta de los Alpes son un genuino espectáculo, puesto que la planta queda totalmente cubierta por ellas.
La temperatura perfecto para esta planta es entre 15 y 20 grados centígrados y tiene una alta tolerancia al frío. Precisará mucha luz; no obstante, hay que tomar en consideración que el sol no debe caer de forma directa, puesto que el calor de los rayos sobre las hojas y la flora va a hacer que se estropeen. Es una planta que hay que proteger del calor radical.
La Violeta de los Alpes necesita un sustrato abundante en materia orgánica y riegos moderados. Esta planta asiática continúa inactiva a lo largo de la estación cálida y seca, entonces aflora en el momento en que empiezan los días mucho más fríos y húmedos. Es conveniente tomar en consideración las condiciones meteorológicas en el momento de regarla. Siendo una planta bulbosa, no es requisito regarla en el momento en que está en estado de latencia, o sea, inactiva. Su riego tampoco es clásico. En otoño y también invierno se riega a fin de que la tierra sostenga un nivel de humedad que le deje florecer realmente bien. En primavera, en cambio, los riegos se hacen mucho más ocasionales y mucho más cercanos al bulbo; al tiempo que en verano se suspende completamente. Para regarla, hay que poner el florero en un plato con agua y aguardar a que la planta la absorba, según sea preciso.