Cómo cuidar el clavel del aire

Las terrazas son sitios que, en lo que se refiere a decoración, dejan volar la imaginación, especialmente cuando se usan plantas y elementos naturales. Indudablemente, entre los mucho más correctos para emplear como eje central de la estética de tu balcón es el clavel aéreo por su espectacularidad. No obstante, asimismo es una flor increíblemente frágil que necesita varios cuidados. De ahí que, vamos a dedicar este producto a hablarte de las tareas de cuidado que tienes que efectuar a fin de que estén siempre y en todo momento excelentes.

1. Fuente de luz. El diente de aire precisa estar en un área que tenga mucha luz para medrar. En verdad, si tu propósito es que alcance su máximo esplendor, es indispensable que la ubiques al sol, eludiendo las horas de máxima intensidad.

Nivel de humedad, el otro indispensable en el precaución del clavel

Como buena planta epífita, la tillandsia prospera en el ámbito que la circunda. Algo que nos ordena a dar un óptimo nivel de humedad ambiental. Si habitamos un tiempo seco o lo poseemos en interior, deberemos ser rigurosos con este aspecto. Pero no solo en verano: asimismo en temporada de calefacción.

Como el clavel de aire necesita mucha humedad ambiental, deberemos proporcionarla. Para esto, lo idóneo es una pulverización día tras día en los meses de calor; y uno cada 2 o tres días en invierno. No cuesta nada, más que nada en verano, sumergirlo en agua. Pero precaución: no tenemos la posibilidad de llevar a cabo esto a la rápida. Tras este baño, lo idóneo es que no haya acumulación de agua en las hojas. Puede llegar a pudrirse.

¿Dónde puedes poner las plantas de aire?

Es primordial tomar en consideración la luz y si los fotones del sol influyen de manera directa sobre la región donde deseamos poner esta clase de plantas, con lo que se aconseja que los claveles aéreos se sitúen en un espacio lumínico pero que no recibe luz del sol directa.

Si observamos el desarrollo de la planta vamos a poder comprender de manera perfecta si precisa mucho más luz o si por contra le sobra. Si la planta precisa mucho más luz, observaremos que medra muy poco a poco y no brota y, por contra, si se muestra bastante a la luz, observaremos que las hojas de la planta se dañarán.

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