Tipos de pinos y sus cuidados

La manera mucho más fácil y eficiente de extender los pinos es por semillas, que se tienen la posibilidad de poner en macetas, 2 o tres por unidad en el final del invierno. En varias variedades, cuya semilla no es fértil, es requisito recurrir al injerto del costado en cuña, que debe efectuarse en invernadero, y en invierno, en zonas tibias, al aire libre.

HABITAT: ¿Dónde medra el pino enano?

Esta clase es originaria de Europa Central, frecuenta medrar en macetas y puede lograr hasta los tres metros de altura. El desarrollo del pino enano es retardado, explota considerablemente más la iluminación en el momento en que está al aire libre.

¿De qué manera proteger un pino?

Proteger un pino es una labor bien difícil, pero deben proseguir algunos pasos a fin de que el trabajo se lleve a cabo bien. Los tratamientos y cuidados no son muy dispares para cada género de pino, asimismo hay que indicar que el tamaño juega un papel esencial. Si tienes ganas de saber de qué forma proteger un pino prosigue leyendo:

Para proteger un pino es esencial la iluminación que reciben, en tanto que son plantas que necesitan de energía del sol, con lo que tienes para ponerlo en un espacio donde logren gozar del sol. Si quiere sostenerlo en el interior, ha de estar cerca de una ventana a fin de que logre exponerse de manera fácil al sol.

Pino ayacahuite o pino vikingo

Sus nombres recurrentes son: pino cahuite, pinabete, cahuite, tortuga (ocote), acalocahuite, este es un árbol originario de México y Centroamérica. Hasta los 40 metros de altura, la corteza de los árboles jóvenes es gris y lisa, y la de los árboles maduros es rugosa y de color cobrizo rojizo, dividida en placas irregulares.

Se emplea para la reforestación en ciudades y periferias, su madera es de calidad, blanda y simple de manejar, logrando ser usada para la fabricación de muebles, artesanías y construcción civil.

Mejorando el suelo para plantar coníferas

Antes de plantar un árbol en el jardín, frecuentemente es requisito elaborar apropiadamente el suelo. Esta preparación radica en adecentar el área, por norma general aplicando una aceptable labranza cerca del área de plantación con herramientas particulares. La preparación del suelo tiene como propósito remover las malas yerbas (que compiten con las plántulas por el agua y los nutrientes) y remover las piedras y cualquier material no esperado del suelo. Al tiempo, con esta técnica, intentamos de ablandar el suelo, preparándolo para recibir las raíces sensibles del árbol joven.

Tras elaborar el suelo, debemos cavar orificios para plantar, que tienen la posibilidad de tener distintas dimensiones en dependencia de las especies de árboles que hayamos ido a plantar. En la mayor parte de las situaciones, adquirimos coníferas decorativas del vivero en macetas. En consecuencia, una norma establecida es cavar pozos para plantar de 20 a 50 cm (7,9 a 19,7 pulgadas) de diámetro y mucho más profundos que el tamaño de la maceta.

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