La Actaea racemosa, también llamada cimicífuga racemosa, es una planta medicinal situada en la familia Ranunculaceae. Fue descrita en primera instancia por el botánico Plukenet en 1696 y posteriormente en el siglo XVIII por Linné. Los nativos norteamericanos la utilizaban con frecuencia para tratar las irregularidades menstruales, facilitar el parto y bajo la forma de cataplasma para tratar mordeduras de serpiente.
¿Dónde se puede encontrar?
La Actaea racemosa vive en los bosques de los Estados Unidos de América, principalmente en los estados de Carolina del Norte, Virginia, Luisiana, y también en Canadá. Suele crecer en zonas de media sombra.
Descripción de la planta
Es una planta herbácea, perenne y caracterizada por formar grupos de su misma especie. Suele medir entre 1 y 3 metros de altura, y tiene un rizoma oscuro y grueso.
El tallo herbáceo es tipo acaule, provista de surcos. Cuenta hojas grandes de nervadura pennada, disposición alternada y con un margen dentado de base asimétrica. Suelen tener un color rojo profundo, casi negro.
El fruto de la Cimifuga racemosa tiene forma de uva, conformado por flores blanco-cremosas brillantes de aroma fétido y dispuestas en racimo terminal con unos tallos delgados ramificados, que aparecen entre el verano y el otoño. Sus frutos son silículas.
Usos medicinales conocidos
Los extractos de cimicífuga pueden ser indicados como terapia de reemplazo hormonal en casos en los que ésta se encuentre contraindicada, pudiéndose administrar sin peligro durante de 3 a 6 meses continuos, según se desprende de la experiencia clínica realizada con más de 1.700 pacientes.
Por otra parte se ha visto efectiva en la reducción de síntomas menopáusicos tales como sofocos, palpitaciones, insomnio, depresión, dismenorreas y ansiedad. Se conoce que actualmente más de un millón y medio de europeos consumen extractos de cimicífuga con estos propósitos.
La Actaea racemosa se ha mostrado efectiva también en el tratamiento de artritis reumática, osteoartritis y dolor muscular o neurológico. También se ha mostrado efectiva en el tratamiento de tinnitus.
¿Es tóxica?
No se aconseja el uso de esta planta durante el embarazo ni se recomienda su consumo en pacientes con cáncer de mama. Puede producir molestias estomacales y cefaleas, así como pesadez de piernas y aumento de peso. En cambio no se conocen los posibles efectos adversos asociados a un tratamiento crónico.
En referencia a algún caso de hepatotoxicidad observada en pacientes tratados con Cimicifuga, teniendo en cuenta que la relación causa-efecto no está muy clara, algunos autores recomiendan una vigilancia de las enzimas hepáticas durante tratamientos crónicos.
En caso de sobredosis, se pueden intensificar las alteraciones gastrointestinales. En este caso, se suspenderá el tratamiento y evaluar la situación clínica.
Precauciones en su consumo
La falta de estudios en mujeres con tumores hormono-dependientes desaconseja su uso en esta parte de la población. Si durante el tratamiento hubiera sensación de presión y aumento en el pecho, reaparición de la menstruación, así como en caso de molestias persistentes y no definidas, deberá evaluarse la situación clínica.