Los tomates son una de las frutas más populares en el mundo y se pueden encontrar en la mayoría de los hogares. Sin embargo, a veces los tomates se rajan y esto puede ser muy frustrante. ¿Por qué se rajan los tomates? Existen varias razones posibles.
Qué hacer para que no se rajan los tomates
Para que los tomates no se rajen, es importante que se cosechen en el momento adecuado. Si están demasiado maduros, se rajarán con facilidad. También es importante manipularlos con cuidado, ya que un golpe puede hacer que se rajen.
Por qué se me rajan los tomates
Las rajaduras de los tomates se deben a una variedad de factores, incluyendo el tipo de tomate, la edad del tomate, el tiempo que ha pasado desde que se cosechó y el cuidado del tomate.
Cuál es el mejor abono para los tomates
El mejor abono para los tomates es aquel que contenga una mezcla de nutrientes, como nitrógeno, fósforo y potasio. También es importante que el abono sea orgánico, ya que los tomates son sensibles a los químicos.
Cómo estimular la floración del tomate
El tomate (Solanum lycopersicum) es una de las hortalizas más populares del mundo. Se cultiva en una gran variedad de climas, desde el frío de Rusia hasta el calor del desierto de Arizona. Pero todos los tomates tienen una cosa en común: necesitan estimulantes para producir frutos.
Los tomates son plantas determinadas, lo que significa que sus tallos se detienen naturalmente después de producir un cierto número de hojas. A menudo, esto ocurre después de que la planta haya producido unos cuantos frutos. Los estimulantes de la floración del tomate, como el ácido abscísico y la cinconina, evitan que la planta se detenga y le permiten producir más frutos.
Los estimulantes de la floración del tomate se aplican generalmente como una solución foliar, lo que significa que se rocían sobre las hojas y los tallos de la planta. Se pueden comprar en tiendas de jardinería y viveros, o se pueden hacer en casa con ingredientes naturales, como el aceite de neem.
Por que se agrietan los tomates
Los tomates se agrietan cuando se les da un golpe o se les expone a una fuente de calor. También pueden agrietarse si se les da demasiada agua o si la planta está enferma.
Si bien es cierto que muchos tomates tienen una cáscara delgada y son más propensos a rajarse, existen algunas formas de minimizar el riesgo de que esto suceda. Almacenar los tomates en un lugar fresco y seco, no lavarlos hasta que estén listos para comer y no dejar que se sequen demasiado son algunas de las formas de evitar que se rajen.