Plantas carnivoras mas peligrosas del mundo

Normalmente, las plantas carnívoras se limitan a una dieta de insectos a los que engañan con sus trampas. Pero hubo casos en los que se han encontrado plantas carnívoras -que ahogan y aplastan a sus presas en trampas con apariencia de cazuela que tienen la posibilidad de ser mucho más pequeñas que un dedo o mucho más enormes que una pelota- con restos óseos de ranas, geckos e inclusive pequeños roedores.

Mencionado lo anterior, comer un vertebrado es increíblemente arriesgado para una planta. La planta tarda bastante en digerir la carne, con lo que la poco afortunada criatura puede pudrirse, lo que mataría a nuestra trampa.

El mecanismo que usan las plantas carnívoras para atrapar presas tiene una reacción de forma afín al que usan otras plantas para defenderse de las plagas.

¿Las plantas carnívoras comen insectos para defenderse de ellos? Un conjunto de científicos encontró prueba de que el carnívoro de estas plantas evolucionó desde mecanismos que usan para defenderse.

La manera en que estas plantas desarrollaron su aptitud para atrapar a sus presas ha fascinado a los biólogos a lo largo de mucho más de un siglo. La contestación a muchas incógnitas puede estar en una exclusiva investigación del Centro Salk, adjuntado con ayudantes de la Facultad de Washington en St. Centro Louis de Estudios Biológicos.

Más allá de que se mueven, no tienen músculos

Pertence a las cuestiones recurrentes sobre las plantas carnívoras. Si son plantas, ¿de qué forma posiblemente se muevan, si bien sea veloz, en el momento en que cazan?

Ya que bien. Más allá de que podría meditar que tienen músculos, la razón por la cual se mueven es considerablemente más vegetal. La área de las hojas en los carnívoros es increíblemente sensible. Por consiguiente, cualquier presión hace un cambio en la presión del agua en las paredes celulares de las hojas. Un cambio que se traduce en movimiento. Bastante menos enigmático de lo que parecía, ¿verdad?

Rocío de sol australiano

Criaturas sedientas son atraídas con lo que semejan gotas de rocío en un rocío de sol australiano y después se enmarañan en los tentáculos pegajosos.

Una mosca vuela entre los pinos de Carolina del Norte. Atraída con lo que semeja ser el fragancia a néctar de una mácula escarlata con apariencia de flor, se posa en el suelo sobre la área acolchada de una hoja de color rojo. Toma un sorbo del dulce líquido que exuda de el papel, su pata roza un pelo diminuto y después otro.

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